sábado, 4 de febrero de 2017

Libro

El Sueño verde

Beatriz M. Burlando


Valencia
2017




Dedicatoria

A todas aquellas personas que aman
y preservan al Medio Ambiente




  En esta oportunidad quiero compartir con Udes.  el prólogo y la poesía final  de mi cuarto libro.


Prólogo

La persona abierta a la expresión basada en experiencias, cada vez va confiando más en su capacidad para establecer nuevas relaciones con el entorno, llegando a expresarse, de tal manera, que elabora productos que reafirmen su singularidad y no será más aquel sujeto, cuya producción esté provista de un clima de bloqueos ya que es el  momento en que el sujeto demuestra su libertad en la realidad objetiva, y a su vez es un recogimiento, de vuelta sobre sí mismo, donde da significación a la poesía y a otras manifestaciones culturales, como producto, terminado, lo cual confirma la fuerza superior de la objetividad, una especie de antilibertad involuntaria.

Es por eso que para la poesía la expresión de lo mimético consiste en la expresión de sí mismo, lo único considerado verdaderamente expresivo y dando por sentado que esa expresión no es para nada una expresión estética.  Ahora bien, al producir el sujeto un poema, éste pasa a funcionar como imagen de una totalidad que no existe, pudiendo considerársele como falsa conciencia, como ideología. Esto no significa que haya fracasado: si logra exponer perfectamente esa falsa conciencia se acerca bastante a la expresión del contenido de verdad. ¿En qué consiste ese contenido? Se trata de algo así como de la insuficiencia constitutiva de la obra, supeditada a la reflexión filosófica que la complete, y justificadora al mismo tiempo de la estética.

Es a través de la interpretación y de la crítica, que revelan la verdad de una falsa conciencia, como la obra se salva. Dicho en otros términos, si el sujeto es el medio para la expresión del objeto que forma parte de sí, la crítica es la única que puede leer ese objeto en el otro, en la poesía, o por lo menos advertir su presencia. Esto exige de la reflexión estética una compenetración total y sin condicionamientos en la configuración de la obra, y no una descripción o reproducción desde fuera de ella.

De esta manera sería, según Adorno, como la obra se vuelve en expresión, a través de la manifestación de la subjetividad. Hay un momento dialéctico presente en la poesia en el cual no puede prescindir de momentos universales, en tanto lenguaje, pero que a la vez se opone a ellos, a través del lenguaje. Este momento lingüístico de la poesia se constituye en momento mimético precisamente cuando dice sin decir.

Debido a que, asume la expresión que el autor asigna a sus obras, y en donde trata de ser fiel a las exigencias del objeto en cuanto espíritu y materia, y va a depender del lector y la sociedad, la captación de esa expresión por un lado  y la (técnica)  por otro. El discurso deja de ser comunicativo para volverse expresivo, lo que permite vislumbrar la esencia social del individualismo. Y el sujeto que ejecuta esta nueva expresión realiza una tarea que no deja de ser paradojal: por un lado impera sobre la poesia mediante el sistema racional, y por otro sucumbe a él, desaparece en él, expresando esa desaparición, o como dice en otro pasaje Adorno acerca del arte auténtico: se convierte en expresión de lo que no tiene expresión. 

No debe entenderse, sin embargo, la entrega a la objetividad racional por parte del sujeto como el único camino hacia la expresión en arte. La entrega total al azar caótico es otra vía hacia la expresión de la necesidad de la cosa, constituyéndose ambos caminos de igual modo en irracionales y sin ningún lugar positivo para la subjetividad del artista. La expresión es, en definitiva, la experiencia extraestética en un medio estético, llegando Adorno en un momento a identificarla con la expresión del dolor. 
En el análisis que Adorno efectúa acerca de la belleza natural, la oposición arte/naturaleza, a pesar de ser un tanto esquemática, es sumamente necesaria. Esta necesidad radica en gran parte en el hecho de permitir establecer algún tipo de semejanza entre los dos ámbitos. Según Adorno, la relación está dada por la intención de la poesía de parecerse a la naturaleza en tanto algo no construido, pudiendo establecer de esa manera, a partir de esa intención, la diferenciación de auténtico respecto de otro de tipo didáctico. No hay dudas acerca del tipo de imitación que debe llevar a cabo el arte respecto de la naturaleza: no imitación de su apariencia exterior sino de sus métodos, de sus modos de operación.

Es muy clara también la implicancia que esto tiene para con el sujeto: queda virtualmente exonerado, liberado, aliviado del peso de la necesidad de expresar su propia subjetividad. En el acto de interpretación o aprehensión de la realidad se rompe la cadena causal y el sujeto es expulsado de la obra. 

Y esta ruptura se da de igual manera por dos vías: por la acción del impulso mimético o por la irrupción del azar. En ambos casos se trata de un momento no reflexivo y regresivo, que según el punto de vista de la teoría adorniana constituye el verdadero progreso de la poesía actual. De esa manera y no de otra sería posible una reconciliación entre esa primer naturaleza y el arte, como segunda naturaleza a la que se le impone apoyarse en la primera como salida.

Ahora ¿cuál es el papel del poeta ? Adorno lo describe como el sujeto no libre que proyecta esa no libertad en la primera naturaleza, iluminando la experiencia humana mediante su enmudecimiento, o, dicho en otros términos, cuando objetiva el paisaje expresando su propia individualidad. Ese enmudecimiento no sería otra cosa que la imitación del silencio con el que la naturaleza habla. Pero claro está, que esa intención y ese esfuerzo se encuentran sumamente expuestos por la dificultad implícita en todo lenguaje para convertirse en acción comunicativa.

El sueño Verde, es un libro de poesía, producto de la observación, reflexiones, abstracciones personales y amalgama de ideas, dedicadas a la naturaleza. Surgió en el momento en que estuve vinculada de lleno con los temas del ambiente.

Pero, bajo ningún concepto quería que fuese un tratado acerca de cómo preservar a la naturaleza, sino verla desde la perspectiva estética, majestuosa mágica como obra perfecta y maravillosa de la “creación o la evolución”, según sea la mirada o preferencia del lector, para ello utilice la  estética de Adorno quien señala que el escritor tiene un rol, pero éste no es el de héroe, sino que hay en él punto de encuentro con el Romanticismo que tiene que ver más con un vínculo entre el arte y la utopía.

En Adorno,  la poesía encarna lo utópico: “De las antinomias de hoy, es central la de que el arte tiene que ser y quiere ser utopía, y tanto más decididamente cuanto más el nexo funcional real obstaculiza la utopía” [1970]. Teoría estética. Madrid: Akal, 2004.

El hombre poco a poco no ha hecho más que dejar una herencia de muerte; introducida a través de las guerras, armas nucleares, daño ecológico, desechos, emanaciones, exhalaciones del desarrollo técnico industrial, urbano etc. Todos estos  poderes auto destructivos latentes entre nosotros se activan cada día más, y si agregamos a ello, los estilos de vida perjudiciales, enfermedades, consumo de drogas alcohol, etc, que con el correr de los años, no harán más que generar enfermedades, angustias, desolación y soledades. En tal sentido se espera del género humano una respuesta creativa y pronta para el problema del ambiente.  ya que este posee recursos inagotables para la creación  de salidas innovadoras, oportuna y esperanzadoras que acaben de una vez por todas con este  contrasentido y se dé paso a una generación de nuevas conductas que sepulten para siempre las viejas practicas.

Es por eso que considero que se debe tomar en cuenta, al ambiente como un ejercicio bien pensado para la sociedad y ponderar todas sus dimensiones  y en especial aquella donde la especie humana, a pesar de todo el desarrollo en los distintos campos del saber, no ha podido o querido, dar respuesta a la problemática medioambiental a pesar de que la tierra es su morada, y que de ella obtiene todo lo que requiere para su desarrollo y prosperidad.

Razón por la cual he querido que El sueño Verde sea una propuesta, refrescante ligera, sencilla y hasta útil de todo lo que podemos hacer por el ambiente y en donde hasta lo poético tiene su papel preponderante.



Es obvio que no fueron tomados todos los elementos que hacen vida en el medio natural, solo se usaron los que lograron despertar la sensibilidad de la escritora. Y El tratamiento dado a cada uno de los motivos de inspiración fue variada, algunas veces fue realista, otras religiosa, otras onírica, gnoseológica  otras ontológica y según la teoría adorniana, quien dice que el sujeto, goza de un el impulso inspiración momentánea, algo muy propio de su naturaleza.. Se trataría de aquel aspecto ingobernado, ajeno a todo fundamento. Pero esto no significa que toda la faz del sujeto se encuentre dominada por este impulso, implica un cierto grado de dolor, sea por el impulso mismo o por la resistencia a dejar de lado experiencias anteriores, sin embargo, la satisfacción que le proporciona desarrollar su potencial sobrepasa ampliamente los contrastes, que significa el antagonismo de lo objetivo con lo sujetivo, este aspecto será desarrollado en detalles.




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¡Oh diosa madre Naturaleza!,

Llena eres de gracia, lagos, nubes, colores,
flora, minerales, fauna, ríos,  lagos, y olores,
bienaventurada y toda llena de belleza,
De tus entrañas brota vida,
luz, paz, sonidos y valores.
Lo necesario nos brindas,
y con todo eso, como no rendirte honores.

Permite a este hombre liberar su escasez,
Con Todas  tus provisiones,
Vida eterna, vida espiritual,
Y acabar con  Su hambre y su sed.

¡Oh! diosa madre naturaleza,
Perdona a este ser, 
que en su accionar inconsciente,
 no sabe valorarte y quererte.
 hoy provoca esta vileza ,

Reina madre natural,
Nunca te vayas acabar
Sigue brindando tu exhuberancia y sapiencia
tus secretos y toda  belleza.





























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