Los Valores
y las relaciones Humanas
Mcs.
Beatriz Burlando
2017
Los valores
son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos
como personas. Creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y
elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. Nos proporcionan una pauta para formular metas y
propósitos, personales o colectivos y reflejan nuestros intereses, sentimientos
y convicciones más importantes. También son fuente de
satisfacción y plenitud.
La palabra valor viene del latin valere, (ser fuerte, valiente, evaluar). La
palabra latina valere viene de la raíz indoeuropea wal, (Rosental, p. 181).
Los valores
se refieren a necesidades humanas y representan ideales, sueños y aspiraciones,
con una importancia independiente de las circunstancias. Por ejemplo, aunque
seamos injustos la justicia sigue teniendo valor. Lo mismo ocurre con el
bienestar o la felicidad.
Los valores valen por sí mismos. Son importantes por lo que
son, lo que significan, y lo que representan, y no por lo que se opine de
ellos.
Valores,
actitudes y conductas están estrechamente relacionados. Cuando hablamos de
actitud nos referimos a la disposición de actuar en cualquier momento, de
acuerdo con nuestras creencias, sentimientos y valores.
Los valores
se traducen en pensamientos, conceptos o ideas, pero lo que más apreciamos es
el comportamiento, lo que hacen las personas. Una persona valiosa es alguien
que vive de acuerdo con los valores en los que cree. Ella vale lo que valen sus
valores y la manera cómo los vive.
Pero los valores también son la base para vivir en comunidad
y relacionarnos con las demás personas. Permiten regular nuestra conducta para
el bienestar colectivo y una convivencia armoniosa.
Quizás por esta razón tenemos la tendencia a relacionarlos
según reglas y normas de comportamiento, pero en realidad son decisiones. Es
decir, decidimos actuar de una manera y no de otra con base en lo que es
importante para nosotros como valor. Decidimos creer en eso y estimarlo de
manera especial.
Al llegar a una organización con valores ya definidos, de
manera implícita asumimos aceptarlos y ponerlos en práctica, es lo que los
demás miembros de la organización esperan de nosotros.
En una
organización los valores son el marco del comportamiento que deben tener sus
integrantes, y dependen de la naturaleza de la organización (su razón de ser);
del propósito para el cual fue creada (sus objetivos); y de su proyección en el
futuro (su visión). Para ello, deberían inspirar las actitudes y acciones
necesarias para lograr sus objetivos. Es decir, los valores organizacionales se deben reflejar
especialmente en los detalles de lo que hace diariamente la mayoría de los
integrantes de la organización, más que en sus enunciados generales; si esto no ocurre, la organización debe revisar la manera de
trabajar sus valores.
Tipos de Valores
Podemos
hablar de valores universales, porque desde que el ser humano vive en comunidad
ha necesitado establecer principios que orienten su comportamiento en su
relación con los demás. En este sentido, se consideran valores universales, la
honestidad, la responsabilidad, la verdad, la solidaridad, la cooperación, la
tolerancia, el respeto y la paz, entre otros.
Sin embargo,
puede resultar útil para facilitar su comprensión, clasificar los valores de
acuerdo con los siguientes criterios:
• Valores personales:
Son aquellos
que consideramos principios indispensables sobre los cuales construimos nuestra
vida y nos guían para relacionarnos con otras personas. Por lo general son una
mezcla de valores familiares y valores socioculturales, junto a los que
agregamos como individuos según nuestras vivencias.
• Valores familiares:
Se refieren a
lo que en familia se valora y establece como bien o mal. Se derivan de las
creencias fundamentales de los padres, con las cuales educan a sus hijos. Son
principios y orientaciones básicas de nuestro comportamiento inicial en
sociedad. Se transmiten a través de todos los comportamientos con los que
actuamos en familia, desde los más sencillos hasta los más “solemnes”.
• Valores socio-culturales:
Son los que
imperan en la sociedad en la que vivimos. Han cambiado a lo largo de la
historia y pueden coincidir o no con los valores familiares o los personales.
Se trata de una mezcla compleja de distintos tipos de valoraciones, que en
muchos casos parecen contrapuestas o plantean dilemas.
Por ejemplo, socialmente se fomenta el valor del trabajo como
medio de la realización personal.
• Valores materiales:
Son aquellos
que nos permiten subsistir. Tienen que ver con nuestras necesidades básicas
como seres humanos, como alimentarnos o vestirnos para protegernos de la
intemperie. Son importantes en la medida que son necesarios. Son parte del
complejo tejido que se forma de la relación entre valores personales,
familiares y socio-culturales. Cuando se exageran, los valores materiales
entran en contradicción con los espirituales.
•
Valores espirituales
Se refieren a
la importancia que le damos a los aspectos no-materiales de nuestras vidas. Son
parte de nuestras necesidades humanas y nos permiten sentirnos realizados. Le
agregan sentido y fundamento a nuestras vidas, como ocurre con las creencias
religiosas.
•
Valores morales
Son las
actitudes y conductas que una determinada sociedad considera indispensables para
la convivencia, el orden y el bien general. La práctica de los valores, es su decisión.
Aunque los valores comienzan a formarse
desde temprana edad y cada quien le da un sentido propio, la puesta en práctica
de los valores es una decisión personal. Cada quien determina cómo
actuar frente a las distintas situaciones de su vida. Unas
veces más conciente que otras, eres tú quien decide la actitud y la manera de
comportarte frente a las demás personas y frente a las oportunidades, las
dificultades o las responsabilidades. Decides asumirlas o eludirlas.
Cuando nos interesa relacionarnos
satisfactoriamente con otras personas o ser parte de una organización,
decidimos aceptar los valores que requiere esa relación. Inclusive,
en una organización autoritaria, donde los valores se imponen unilateralmente,
uno también toma la decisión de aceptarlos.
Al llegar a una organización o comunidad
deberíamos ocuparnos de conocer sus valores y sus significados. Ellos nos
permiten regular nuestra conducta para el bienestar colectivo y lograr una convivencia armoniosa. Si
resolvemos ser parte de una organización con valores ya definidos, entonces
hemos decidido suscribirlos y ponerlos en práctica.
Podemos
afirmar que asumir los valores de una organización en la que nos interesa estar
es una responsabilidad individual. La práctica de los valores expresa el grado
de compromiso que tenemos con esa organización. Sin
embargo, aunque todo esto suene simple, a las organizaciones les toma un gran
esfuerzo que sus integrantes tengan valores compartidos y, en muchos casos,
apenas se logra. Recuerda que al hablar de valores nos referimos a principios y
creencias. Por lo que es poco probable que cumplamos bien con algo sobre lo que
no estamos completamente convencidos de su importancia o valor. ¿Alguien puede
obligarte a que estés convencido al respecto?
Aún no estando de acuerdo, podemos seguir
correctamente una orden. Pero la práctica de valores requiere de
convicción y eso es algo que depende de tu decisión. Todos
sabemos que un trabajo bien hecho respaldado por valores es superior al que
sólo se hace por cumplir con una orden. Tú decides poner en práctica
inmediatamente tus creencias. Decides no posponerlas. Decides
actuar de acuerdo con tus principios, por convicción y no porque te están
viendo o vigilando.
Decides la actitud con la que eres parte de
una organización y qué clase de persona eres en ella. Esa
capacidad de decidir es la fuente de tu plenitud como ser humano.
¿Para qué sirven los valores?
Los valores son una guía
para nuestro comportamiento diario, son parte de nuestra identidad como
personas, y nos orientan para actuar en la casa, en el trabajo, o en cualquier
otro ámbito de nuestras vidas. Nos
indican el camino para conducirnos de una manera y no de otra, frente a deseos o
impulsos, bien sea que estemos solos o con otros. Nos
sirven de brújula en todo momento para tener una actuación consistente en
cualquier situación.
Por ejemplo, en un
transporte público algunas personas ceden su puesto a una mujer embarazada y
otras no. Los primeros creen en el valor de la cortesía y el de la
consideración con otras personas, sean o no conocidas. Entre los que no ceden el puesto es común
encontrar niños (que aún no tienen este tipo de valor), o personas ancianas que
valoran más (sin que les falte razón) su necesidad de estar sentados, o
personas que simplemente valoran más su propia comodidad. Así, los valores nos sirven de base y razón fundamental para lo que
hacemos o dejamos de hacer, y son una causa para sentirnos bien con nuestras propias
decisiones.
Cuando actuamos guiados
por valores no lo hacemos por lo que dirán o nos darán los demás. Actuamos por
convicción, sin importar si otras personas nos están viendo. La diferencia con otros comportamientos es que
cuando creemos verdaderamente en una conducta que para nosotros representa un
fundamento de vida, actuamos según esa creencia, sin que nos importe lo que
digan los demás.
Cuando
practicamos la honestidad como principio, no nos apropiamos de cosas ajenas
porque creemos en el respeto por la propiedad de otros y no porque nos estén
vigilando. Los valores nos ayudan a proceder según lo
que consideramos que está bien o mal para nosotros mismos. En otras palabras,
cuando actuamos guiados por valores lo hacemos sin esperar nada a cambio que no
sea nuestra propia satisfacción y realización como personas.
Esta satisfacción nos
hace practicar nuestros principios y creencias en cualquier situación. Nos
permite tener una personalidad consistente, independientemente del estado de
ánimo o del lugar en el que nos encontremos.
Hay personas que no
practican la bondad con desconocidos porque creen que no recibirán un justo
agradecimiento o una recompensa. Sin embargo, aunque puedan ser bondadosos con
personas que valoran más (como sus hijos, alumnos, empleados o compañeros de
trabajo), no asumen esa bondad como un principio de vida. Si nos interesa fomentar ciertos principios de conducta
como padres, maestros, jefes, o en cualquier rol de líder, sólo la práctica
consistente de esos valores nos ayuda a dar el ejemplo sobre el significado
concreto que ellos tienen en términos de actuación.
La importancia de los valores
Siempre han existido asuntos más importantes que otros para los
seres humanos. Por ello, valoramos personas, ideas, actividades u objetos, según el significado que tienen para nuestra
vida. Sin embargo, el
criterio con el que otorgamos valor a esos elementos varía en el tiempo, a lo
largo de la historia, y depende de lo que cada persona asume como sus valores.
En las organizaciones, los valores permiten que sus integrantes
interactúen de manera armónica. Influyen en su formación y desarrollo como
personas, y facilitan alcanzar objetivos que no serían posibles de manera
individual.
Para
el bienestar de una comunidad es necesario que existan normas compartidas que
orienten el comportamiento de sus integrantes. De lo contrario, la comunidad no
logra funcionar de manera satisfactoria para la mayoría.
En términos prácticos es poco probable que una comunidad funcione
bien (y no digo “perfecto”) si las personas que la integran no se basan en
ciertos principios que orienten permanentemente su forma de relacionarse, en
las buenas y en las malas. Con
la palabra “comunidad” me refiero a la pareja, la familia, el trabajo, el salón
de clases, el condominio, los vecinos, la ciudad, el país y a cualquier otra
instancia de relación con otras personas. Si no compartimos sus valores no nos
sentiremos bien, ni funcionaremos de manera adecuada en esa comunidad. Tampoco
nos producirá satisfacción ser parte de ella.
Para la cultura organizacional de una empresa los valores son la
base de las actitudes, motivaciones y expectativas de sus trabajadores. Los
valores son la columna vertebral de sus comportamientos. Si los valores no tienen significados
comunes para todos los empleados, el trabajo diario se hace más difícil y
pesado. El ambiente laboral se vuelve tenso, la gente trabaja con la sensación
de que no todos reman en la misma dirección y los clientes pagan las
consecuencias.
CONCLUSIÓN
- Los valores son un conjunto de
creencias que nos dictan la forma de conducta más aceptada socialmente.
- Los valores determinan las normas
morales, es decir que los valores establecen un modelo de conducta aceptable en
una sociedad y para garantizar que este modelo sea observado por los miembros
de esa sociedad se emiten las normas que regulan la actuación del individuo
dentro de la sociedad.
- La relación entre ética y los valores
es que la primera es el estudio de los actos humanos o costumbres y los valores
son en sí esos actos o costumbres preferidos o aceptados por una sociedad.
- Solo el ser humano tiene conciencia
moral porque solo él tiene capacidad o conciencia de si mismo, de valorizarse y
poder juzgar su conducta.
- Los valores
son construidos por cada uno de los individuos y en ese proceso de adquisición
son varios los factores que influyen desde la familia, la escuela, los amigos,
en el trabajo, etc. puesto que hacemos nuestro ciertos valores y otros no. - - -
Los valores reflejan el curso de la vida, porque hay algunos que son
permanentes en el tiempo que otros.
Los valores cambian con las necesidades y experiencias de las personas, de modo
que estamos constantemente evaluados y evaluamos por la racionalidad de sí, y
de los otros, de modo que podemos darnos
cuenta que hay valores preferenciales y valores universales. Gracias a ello
captamos que hay cosas importantes a las cuales no debemos renunciar y cosas
poco importantes de las que podemos prescindir.
· Carreras,
Llorenç (1997) Cómo educar en valores: materiales, textos, recursos y
técnicas. Madrid, Editorial Nancea, cuarta edición.
· Fabelo,
Corzo. (1994) Valores universales y problemas globales,
Compilación Filosófica. Brasil.
· Rosental,
M, Iudin. (1.981) P. Diccionario Filosófico,
Editora Política, La
Habana.
- ¿Qué son los valores?, (2006) Revista de
la Prensa. Bolivia
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