jueves, 17 de septiembre de 2015

Articulo sobre Educación

“Los jóvenes en la actualidad no tienen las competencias digitales que está demandando el mercado laboral”


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https://www.youtube.com/watch?v=HKHcDAPNHfU
Francisco Ruiz Antón tiene muchos datos en la cabeza. Las cifras que reflejan el porqué de la transformación que está produciendo la tecnología en todos los sectores. “En estos momentos hay 2.800 millones de personas conectadas a Internet en el mundo, nunca en la historia semejante volumen de personas han estado conectadas de manera instantánea como lo están ahora y tampoco ha habido nunca tantos centros de conocimiento interconectados. Hay 1.300 millones de usuarios de Facebook y se suben 300 horas de vídeo a Youtube por minuto. La posibilidad que se tiene de acceder al conocimiento desde cualquier sitio con un dispositivo es una maravilla”.
Es lo que dice el director de Políticas Públicas y Relaciones Institucionales de Google, de España y Portugal que ha participado en la XXIX Semana de la Educación de la Fundación Santillana, de Madrid.
Francisco Ruiz Antón, afirma que hay un centenar de profesiones relacionadas con la tecnología en las que se necesita formar a más alumnos. Creo que se puede llegar a tener en el campo de la formación digital un impacto económico notable. De hecho, un informe que encargamos a Boston Consulting Group revela que el impacto de Internet en la economía española es de 26.600 millones de euros, el 2,7% del PIB. Y este estudio destaca cuatro palancas en España: infraestructuras, internacionalización de las empresas, impulso del comercio electrónico y precisamente educación y formación digital.
La revolución tecnológica está transformando muchísimos sectores económicos, como el del entretenimiento, la música, el consumo. Y todo esto tiene un impacto económico, pero ya no podemos decir que hay una economía tradicional y otra digital, toda la economía se está transformando en digital. Dice el experto, que la UE ha advertido que de ahora al 2020 habrá 900.000 puestos de trabajo vinculados al ámbito de la economía digital que no se podrán cubrir porque no hay profesionales con las habilidades necesarias para hacerlo.
Y esto debido a que, se detectan en el mercado carencias en la formación digital de los jóvenes, debido a que no tienen las competencias digitales que está demandando el mercado laboral. Esto es un drama si tenemos en cuenta que las cifras de desempleo juvenil en España, es de 55%. Asimismo indicó cuáles son los cinco MOOC que se han establecido sobre las formaciones más demandadas relacionadas con la tecnología. Al hacer el análisis con diversas fuentes  han salido cien perfiles de lo más variado. De esos, escogimos cuatro que nos parecían los más destacables. El marketing digital, por ejemplo, es, sin duda, lo más demandado. También la analítica de datos, el comercio electrónico, la productividad en la nube y el desarrollo de aplicaciones para móviles.
Ante esta situación hemos montado Actívate, solo en España con la idea precisamente de ofrecer formación en estos campos, pero también les enseñamos cómo pueden encontrar ofertas de empleo y cómo ser emprendedores. Es para jóvenes desempleados y tiene una parteonline y otra offline. Esta segunda es para titulados porque hemos llegado a un acuerdo con 21 universidades públicas situadas en 25 ciudades españolas y en cada centro educativo hemos dado 40 horas de formación a egresados.
Fue así como lanzamos el curso sobre marketing digital en marzo de 2014 y ya han pasado por él 30.000 jóvenes. Y en la parte online hicimos el mismo curso en forma de MOOC (un curso masivo y abierto de formación online) y pusimos en marcha tres más: de analítica de datos, es decir, para aprender a gestionar los datos que recogen las empresas; de comercio electrónico y de productividad en la nube. Después realizamos otro de desarrollo de aplicaciones para móvil. En estos cinco MOOC hemos tenido 152.000 registrados, que sumados a los 30.000 del primer curso son una gran cantidad de jóvenes formados. Y hoy por hoy son más de 200.000 los inscritos.De todos estos registrados, 35.000 jóvenes ya han concluido los cursos online y han recibido un título que los acredita.
Además Google ha elegido España para montar Campus Madrid. El cual consiste en uno de los seis campus que va a crear Google en el mundo. Será un lugar en el que los jóvenes españoles podrán desarrollar sus iniciativas en un espacio de trabajo en común, con tareas coordinadas por mentores, etcétera. Considero que los MOOCS pueden suponer el principio de otra forma de aprendizaje, pero son solo un ejemplo de por dónde va a ir la educación superior del futuro para que cada estudiante se cree su currículo y escoja los profesores que quiera de la universidad que más le guste del mundo.
No lo digo yo, lo dijo el presidente de la Universidad de Stanford, John Hennessy, ya hace dos años. Aseguraba que está habiendo un tsunami en el mundo de la educación, planteaba que los MOOCS pueden ser una revolución y advertía a las universidades que o se preparaban para esta nueva situación o las iban a barrer del mapa. 
También los programadores e ingenieros informáticos son profesiones muy demandadas, por eso Hay que fomentar en los niños desde pequeños el interés por la programación, sobre todo en las mujeres. Hay muy pocas que se dediquen a las áreas tecnológicas. Nosotros, en Google, hemos comprometido 40 millones de dólares (35, de euros) a nivel global en desarrollar proyectos para fomentar que las niñas a partir de los 12 años tengan interés por la programación
Y hago énfasis en este aspecto porque hay un desequilibrio brutal en este campo entre hombres y mujeres y porque hay una bolsa de empleo enorme. Aquí, en la sede de Google de Madrid, hicimos un taller muy básico con niños para que aprendieran lo que es programar y el resultado fue increíble, se fueron pensando que lo que habían hecho era un juego. Se encuentran comodísimos en ese entorno, tienen una increíble intuición para entender esos códigos y hacer algo con ellos. Es algo que hay que impulsar claramente.
De todas maneras hay que decir que en la actualidad las iniciativas en las que se usa de una manera sistemática la tecnología en la educación no deja de ser experiencias dispersas, en un lado u otro del mundo; pero el modelo global no ha cambiado, la forma de enseñar, y esto es obvio la educación no es una empresa, sin embargo yo soy optimista porque creo que el modelo va a cambiar.
Fuente:

Investigación y redacción Beatriz Burlando
SUSANA PÉREZ DE PABLOS, 2015

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Fábula


Nada con exceso


https://www.youtube.com/watch?v=eit2nlhDVMk

El trigo, rico don de la rubia Ceres, si crece demasiado espeso y lozano, esquilma la tierra y no grana bien. Lo mismo pasa a los árboles. Para corregir ese defecto del trigo, permitió Dios a los carneros que cercenasen la exuberancia de las mieses pródigas.
Echándose sobre ellas, y tal fue el destrozo que hicieron, que el cielo dió licencia a los lobos para devorar algunas reses. ¿Qué hicieron los lobos? Acabar con todas ellas, y si no acabaron, esa era su intención.
Después el cielo encargó a los hombres que castigasen a aquellas bestias, y los hombres, a su vez abusaron del divino mandato. De todos los seres nadie es tan dado a abusar como la raza humana. Chicos y grandes, todos pueden ser acusados de este defecto.
Moraleja: Nadie procede con la debida moderación en todas las cosas hay que guardar ciertamente temperamento. ¿Lo hacemos así? No: siempre pecamos por carta de más o por carta de menos. Es por eso que debemos recordar: “Nada con exceso” es una máxima citada por todos y por nadie observada.

Fuente:
Investigación y redacción  Beatriz Burlando
Publicaciones Timur 
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sábado, 12 de septiembre de 2015

Fábula

La ostra y los litigantes


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https://www.youtube.com/watch?v=yvFfYIJJUQ4
Un día encontraron dos peregrinos en la arena de la playa una ostra que acababan de traer las olas; ambos la devoraban con los ojos, y hasta la señalaban con el dedo; pero como ambos la querían, tuvieron que disputársela. Se bajó ya el uno para cogerla, cuando el otro le dió un empellón, diciendo: “Vamos a ver a quién le corresponde. El primero que la haya visto, ese la engullirá; el otro, le mirará. – Si eso vale, contestó el camarada, yo tengo muy buena vista, gracias a Dios.- No es mala tampoco la mía, replicó el primero, y os digo que he divisado la ostra antes que vos.-Pues bien: si la habéis divisado, yo la he olido ”

Estaban es estos dimes y diretes, cuando llego Don picapleitos, y le tomaron por juez. Don picapleitos abrió gravemente la ostra y se la tragó, a las babas de los litigantes. Y después de haberla saboreado, dijo con tono de presidente de sala: “Tomad; el tribunal os adjudica a cada uno de vosotros una de las conchas; marchad en paz”

Considerad lo que cuestan hoy los litigios; calculad lo que les queda en limpio a las partes; veréis cómo Don picapleitos se queda con todo el grano y no deja a los litigantes más que la paja.

Investigación y redacción  Beatriz Burlando
Publicaciones Timur 
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Historia de Venezuela

Carta de Jamaica

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https://www.youtube.com/watch?v=d5xADXh4JzE


Antecedentes de la Carta de Jamaica

Era necesario en aquellos momentos, abrir perspectivas al movimiento de independencia; levantar el ánimo de los vacilantes y pesimistas del campo patriota, y al mismo tiempo, neutralizar en los posibles aliados extranjeros los efectos de la propaganda realista, disipar la mala impresión reinante en el exterior, explicar la justeza de la causa patriota; el origen de la guerra de independencia; las contradicciones entre las colonias y la metrópoli y las condiciones sociales y políticas favorables que constituían la base histórica del movimiento de independencia.
El Libertador, una vez más en el exilio, vivía entonces los peores momentos de su azarosa vida política. Sin embargo, no perdió ni un momento la voluntad de continuar la lucha, ni la seguridad en el triunfo definitivo. Desde mayo había llegado a Kingston, capital de la isla de Jamaica, en donde se dedicó activamente a buscar auxilios, principalmente con el gobierno inglés, para continuar la lucha en Tierra Firme. El Libertador estaba convencido de la necesidad de la ayuda exterior para alcanzar la independencia. Lo mismo que lo estuvieron Miranda y Miguel José Sanz, la guerra no podía librarse sin armas, sin pertrechos, sin dinero para atender a los gastos del conflicto. Y tales elementos había que buscarlos en el exterior, pues las condiciones de atraso económico en que se encontraba Venezuela, no permitían ni siquiera pensar en obtenerlos dentro del país. Para continuar la guerra no había otra alternativa que recurrir a la ayuda de los países extranjeros. La posición de El Libertador en relación con este aspecto aparece claramente expresada en este párrafo de una carta suya escrita en Jamaica a Sir Ricardo Weliesley, alto funcionario del gobierno inglés:
“Si me hubiese quedado un solo rayo de esperanza de que la América pudiese triunfar por sí sola, ninguno habría ambicionado más que yo el honor de servir a mi país, sin degradarlo a la humillación de solicitar una protección extraña. Esta es la causa de mi separación de la Costa Firme. Vengo a procurar auxilios: iré en su busca a esa soberbia capital; si fuese preciso marcharé hasta el polo, y si todos son insensibles a la voz de la humanidad, habré llenado mi deber, aunque inútilmente y volveré a morir combatiendo en mi patria”.
Los auxilios que buscaba El Libertador eran armas, municiones y dinero para continuar la guerra. En aquellos mismos días había escrito a su amigo Maxwell Hyslop, comerciante inglés de Kingston exponiéndole las necesidades de los patriotas, las cuales estimaba así:
“… veinte o treinta mil fusiles; un millón de libras esterlinas; quince o veinte buques de guerra; municiones, algunos agentes y los voluntarios militares que quieran seguir las banderas americanas: he aquí cuanto se necesita para dar la libertad a la mitad del mundo y poner el universo en equilibrio”.
La Costa Firme se salvaría con seis u ocho mil fusiles, municiones correspondientes y quinientos mil duros para pagar los primeros meses de la campaña”.
Por último, la idea de El Libertador en relación con esta ayuda era que no seria gratuita y las naciones que contribuyeran a la independencia, obtendrían, a cambio, los beneficios del comercio con los nuevos países, que durante siglos había sido monopolio de España.
Análisis  de la Carta de Jamaica
De los escritos dejados por El Libertador durante su exilio en Jamaica, ninguno tan importante ni de tanta trascendencia como su carta de fecha 6 de septiembre de 1815, conocida con el nombre de CARTA DE JAMAICA. Este documento aparece en las obras de El Libertador bajo el título de “Contestación de un americano meridional a un caballero de esta isla”; y aunque durante muchos años se creyó que el destinatario había sido un personaje imaginado por Bolívar, una meticulosa investigación ha dejado aclarado que el destinatario fue el Sr. Henry Cullen, vecino del puerto de Falmouth, al norte de Jamaica.
Muchos elogios se han escrito para El Libertador en torno a la Carta de Jamaica, basándose unos en la claridad del análisis de los acontecimientos a que se refiere; a la certeza de las ideas sociales que expone; al conocimiento profundo de la realidad hispanoamericana que revela o a la facultad de prever el futuro de nuestros países. Se ha insistido tanto en este último aspecto, que a veces se olvidan otros no menos importantes o quedan opacados por la fascinación que produce el acierto con que El Libertador predijo entonces el futuro de los países de Hispanoamérica. Esto ha dado origen al nombre de “Carta Profética”, como también se conoce el documento.
Los aspectos más importantes de que trata la Carta de Jamaica, son los siguientes:
1. Presenta un panorama general de la guerra de independencia a fines de 1815. Los realistas dominaban la mayor parte de sus antiguas colonias (Venezuela, Nueva Granada, Quito, Perú, Cuba, Puerto Rico). En Chile y México la situación no se había decidido; y sólo en el Río de La Plata habían triunfado los independientes.
A pesar de este balance negativo, El Libertador expresa su seguridad y confianza en el triunfo definitivo de la causa patriota. Dice al respecto:
“Porque los sucesos hayan sido parciales y alternados, no debemos desconfiar de la fortuna. En unas partes triunfan los independientes, mientras que los tiranos en lugares diferentes obtienen sus ventajas, y ¿cuál es el resultado final? ¿No está el Nuevo Mundo entero conmovido y armado para su defensa?
El suceso coronará nuestros esfuerzos porque el destino de América se ha fijado irrevocablemente.”
El Libertador considera la revolución de independencia como un hecho irrevocable, que no podía volver atrás, y que a pesar de los fracasos sufridos, terminaría con la victoria definitiva de la causa independiente.
2. En la Carta de Jamaica, El Libertador critica duramente el sistema colonial y señala la incapacidad de España para seguir manteniendo su dominación en América.
En sus críticas al sistema colonial, El Libertador señala como aspectos negativos la conducta de los españoles con la población americana, desde las “barbaridades” cometidas contra los indígenas a partir del descubrimiento, hasta las “atrocidades” que hablan puesto en práctica durante la guerra de independencia. Y al denunciar estos hechos, El Libertador se apoyaba en testimonios de los propios españoles, entre otros el Padre Bartolomé de Las Casas, quien fuera uno de los primeros en denunciar el carácter inhumano de la colonización española.
En cuanto a la incapacidad de España para mantener su dominio en las colonias, El Libertador emite juicios acertados sobre las condiciones económicas, sociales y políticas de la metrópoli que justificaban aún más el movimiento de independencia.
“Que demencia la de nuestra enemiga, pretender reconquistar la América, sin marina, sin tesoro y casi sin soldados, pues los que tiene apenas son bastantes para retener a su propio pueblo en una violenta obediencia…”
“¿Podrá España hacer el comercio exclusivo de la mitad del mundo, sin manufacturas, sin producciones territoriales, sin artes, sin ciencias, sin política?”.
Según El Libertador, España no estaba en condiciones de atender el comercio de sus colonias. El comercio español fue en gran parte un comercio de comisión. Compraban las mercancías a otros países europeos y luego las revendían en sus colonias. Las consecuencias de este sistema fueron la escasez y los altos precios, y el desarrollo del contrabando, que en muchos casos fue superior al comercio legal. Todo esto tuvo su origen en la política económica de España, que durante siglos se orientó a la búsqueda de metales preciosos y su atesoramiento y al monopolio comercial, descuidando la industria y la manufactura. Estas circunstancias determinaron que a la postre el mercado colonial quedara indirectamente al servicio de otros países, en donde el mercantilismo se orientó hacia el desarrollo de la industria, la navegación y el comercio, a objeto de lograr una balanza comercial positiva. España no podía, pues, continuar usufructuando un comercio que no podía satisfacer y cuyos beneficios tenían que pasar a manos de los nuevos países y de las naciones extranjeras que estuvieran en condiciones de atenderlo.
En cuanto a la situación política de España a la cual también hace referencia El Libertador en la Carta de Jamaica, era igualmente desfavorable para la causa realista. En efecto con la restauración vino al trono Fernando VII, quien desconoció la Constitución de 1812 dictada por las Cortes españolas durante la guerra. Fernando restableció los privilegios y volvió al gobierno absolutista. Estas medidas, unidas al malestar económico y al descontento que producía la guerra con las colonias, dio origen a un movimiento liberal revolucionario en España, que culminó hacia 1820 con la proclamación de la Constitución, el establecimiento de impuestos al clero y la nobleza, suprimió la inquisición y tomó otras medidas de clara orientación liberal. Este movimiento fue sofocado con la intervención de la Santa Alianza, que junto con el ejército organizado por la reacción española, aplastaron al movimiento liberal y restauraron el absolutismo. A estas circunstancias aludía El Libertador en la Carta de Jamaica, al decir que España pretendía “reconquistar la América… casi sin soldados, pues los que tiene apenas son bastantes para retener a su propio pueblo en una violenta obediencia”.
3. En la Carta de Jamaica, El Libertador hace un llamado a las naciones extranjeras para que ayuden a la independencia de las colonias españolas.
Las demandas de ayuda se dirigían, en primer término, a Inglaterra; y en segundo término, a los Estados Unidos. A Inglaterra, por su tradicional rivalidad con España por el control del comercio colonial. En muchas oportunidades Inglaterra trató de apoderarse de territorios coloniales españoles, y ayudó militar y económicamente a los colonos en sus intentos de independencia. Además, siendo Inglaterra la primera potencia industrial de su época, era la nación que con más propiedad podía servir las necesidades del comercio de los nuevos estados.
En cuanto a los Estados Unidos, era de esperar que ayudaran al conflicto; primero, por ser un país vecino, que treinta años antes había conquistado su independencia y servido de ejemplo a las demás colonias americanas; segundo, porque les interesaba que se afirmara en América un sistema de estados independientes como garantía de su propia seguridad; y tercero, por los beneficios económicos que obtendrían al poder participar en el comercio con los nuevos estados.
Sin embargo, la política tradicional de Inglaterra había cambiado con la entrada de España en la lucha contra Napoleón. El gobierno inglés retiró su ayuda a los revolucionarios hispanoamericanos, a quienes venia auxiliando en sus intentos separatistas; y a partir de 1810 se negó a reconocer el gobierno de la Junta Suprema de Caracas. La política de Inglaterra en aquellos años de guerra contra Napoleón era la de garantizar la integridad del imperio colonial de su aliada España.
Con la derrota de Napoleón, 1815, la política inglesa debía volver a su antiguo cauce y ayudar a la independencia de las colonias españolas, por ser lo más conveniente a los intereses de Inglaterra. En este sentido, El Libertador trataba de estimular el cambio, y ofrecía ventajas económicas a los ingleses y en general a todos los países extranjeros que ayudarán a la causa patriota.
En cuanto a Estados Unidos, su política era de neutralidad en el conflicto de las colonias con España. Esta política en la práctica, favorecía al bando español, por la libertad de acción internacional que disfrutaba frente al aislamiento y a la falta de reconocimiento de los países hispanoamericanos. Y así lo habían denunciado los patriotas, desde comienzos del movimiento de independencia. El enviado del gobierno de la Junta Suprema a Estados Unidos, Telésforo Orea, escribía al gobierno de Caracas lo siguiente: “Usted sabe muy bien que este gobierno, como todos los del mundo, no trata más quede su propio interés”. En este caso, el interés del gobierno norteamericano era mantener su neutralidad en el conflicto y aprovechar sus relaciones comerciales con ambos bandos.
A estas cuestiones relacionadas con la ayuda exterior se refería El Libertador en las siguientes frases de la Carta de Jamaica:
La Europa misma, por miras de sana política, debería haber preparado y ejecutado el proyecto de la independencia americana, no sólo porque el equilibrio del mundo así lo exige, sino porque éste es el medio legítimo y seguro de adquiriese establecimientos ultramarinos de comercio…
Sin embargo… no sólo los europeos, pero hasta nuestros hermanos del norte se han mantenido inmóviles espectadores de esta contienda…”.
No hay dudas que la independencia de las colonias españolas dependía en gran parte de la situación internacional, de la correlación de fuerzas entre las potencias europeas. Y la ayuda que buscaban los patriotas se justificaba, entre otras, por las siguientes razones: primero, por las ventajas recíprocas que obtendrían los nuevos países y las naciones que los ayudaran, las cuales iban a conseguir un amplio mercado para el comercio y la colocación de los productos de su industria; segundo, por la incapacidad económica y política de España para mantener aquel inmenso imperio colonial; y tercero, porque la formación de los nuevos estados significaría un factor importante para el equilibrio político internacional.
4. En la Carta de Jamaica, El Libertador señala las causas principales del movimiento emancipador.
La Carta de Jamaica es, sin duda, uno de los primeros documentos en los cuales se analizan las causas de la independencia hispanoamericana. Tales causas fueron, según El Libertador, las siguientes:
a) Políticas: Los hispanoamericanos estaban privados de derechos políticos.
Los colonos, dentro del sistema español, carecían de lo que El Libertador llama “el derecho a ejercer la tiranía activa”. Se les privaba del derecho elemental de gobernarse a sí mismos. El Libertador considera que ésta fue una de las causas de descontento que provocaron el rompimiento con España, el no haber podido los hispanoamericanos “siquiera manejar nuestros asuntos domésticos en nuestra administración interior”. A este respecto, El Libertador dice en la Carta lo siguiente:
“Estábamos abstraídos y ausentes del universo en cuanto es relativo a la ciencia del gobierno y administración del estado. Jamás éramos Virreyes, ni gobernadores, sino por causas muy extraordinarias; Arzobispos y Obispos pocas veces; diplomáticos nunca; militares sólo en calidad de subalternos; nobles sin privilegios reales; no éramos, en fin, ni magistrados, ni financistas y casi ni aún comerciantes: todo en contravención directa de nuestras instituciones”.
Es importante observar que El Libertador reivindica estos derechos al gobierno y administración de las colonias para la clase de los criollos, a los cuales caracteriza como “naturales del país originarios de España”; “americanos por nacimiento que disputaban sus derechos a los indios y a los dominadores españoles”. El Libertador hablaba a nombre de los criollos, quienes constituían la “sociedad nueva en casi todas las artes y ciencias, aunque en cierto modo vieja en los usos de la sociedad civil”. La experiencia civil de que habla El Libertador no era la de los indios, ni siquiera la de los pardos, sino la de la oligarquía territorial que se formó al influjo de las luchas civiles de los cabildos, a través de las cuales se fueron definiendo sus intereses y su conciencia de clase.
b) Económicas: El monopolio comercial y las prohibiciones y restricciones económicas, que impedían el desarrollo de las colonias.
España mantuvo sus colonias como “coto cerrado” en beneficio de la economía peninsular. Se prohibió el comercio con otros países y se impuso estricta vigilancia para impedir el contrabando. Se prohibía el comercio entre las propias colonias. Se estableció un riguroso control de la navegación, mediante la autorización de ciertos puertos para el comercio. Además de esto, se prohibía la siembra de frutos europeos. Se prohibía establecer en las colonias fábricas de paños y otros artículos, para que tuvieran que ser comprados a los comerciantes peninsulares. Toda esta política económica estaba dirigida a convertir la economía de las colonias en una economía complementaria de la economía española. A este respecto, El Libertador dice en la Carta lo siguiente:
“Los americanos, en el sistema español… no ocupan otro lugar en la sociedad que el de siervos propios para el trabajo, y cuando más, el de simples consumidores, y aún esta parte coartada con restricciones chocantes: tales son las prohibiciones del cultivo de frutos de Europa, el estanco de las producciones que el rey monopoliza, el impedimento de la fábrica que la misma península no posee, los privilegios exclusivos del comercio hasta de los objetos de primera necesidad, las trabas entre provincias y provincias americanas, para que no se traten, entiendan ni negocien..”.
5. En la Carta de Jamaica, El Libertador predice el futuro de los países hispanoamericanos, y opina sobre la forma de gobierno que debían adoptar.
El futuro político de los países hispanoamericanos es objeto de la preocupación del Libertador, quien al respecto se plantea las siguientes cuestiones: ¿Debían las antiguas colonias unirse en un solo Estado? ¿Se organizarían repúblicas o monarquías?.
El Libertador consideraba que en aquellos momentos no era posible unir todos los países hispanoamericanos en una sola nación, no porque no fuera partidario de la unificación de Hispano América, sino porque “climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes dividen a la América”.
En el mismo párrafo, escribe lo siguiente:
“Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Nuevo Mundo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tienen un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan deformarse”.
El Libertador era partidario, pues, de la unidad de los países hispanoamericanos, ligados entre sí históricamente por el origen, la lengua, las costumbres, la religión.
La paternidad de la idea de unir a América Española en un solo estado corresponde al Precursor Francisco de Miranda, quien en 1790 propuso formar con todas las colonias una monarquía bajo la autoridad de un Inca. En 1815, El Libertador descarta parcialmente estas ideas mirandinas: la vasta extensión del territorio, la diversidad de climas, el aislamiento de regiones tan distantes, y, en particular, los intereses opuestos de los grupos regionales, impedían llevar a cabo idea tan grandiosa. Era una idea más realizable, formar uniones regionales, unir secciones más pequeñas de aquel inmenso territorio y establecer lazos que ligaran las distintas porciones así organizadas. En los párrafos transcritos, encontramos un buen antecedente del Congreso de Panamá, convocado y reunido por El Libertador en 1826, como un intento para unir los países hispanoamericanos y asegurar su independencia.
Y encontramos también un antecedente directo de la creación de la República de Colombia, realizada a partir de 1819 en el Congreso de Angostura. En efecto, El Libertador, al referirse al futuro de Venezuela y Nueva Granada, dice lo siguiente:
La Nueva Granada se unirá con Venezuela, si llegan a convenirse en formar una república central, cuya capital sea Maracaibo, o una nueva ciudad que, con el nombre de Las Casas, en honor de este héroe de la filantropía, se funde entre los confines de ambos países…
Esta nación se llamaría Colombia, como un tributo de justicia y gratitud al creador de nuestro hemisferio. Su gobierno podrá imitar al inglés, con la diferencia de que en lugar de un rey, habrá un poder ejecutivo electivo, cuando más vitalicio y jamás hereditario, si se quiere república; una cámara o senado legislativo hereditario, que en las tempestades políticas se imponga entre las olas populares y los rayos del gobierno; y un cuerpo legislativo, de libre elección, sin otras restricciones que las de la cámara baja de Inglaterra…”
Descartada, pues, la idea de un solo estado, El Libertador prevé la formación de 17 naciones en el territorio hispanoamericano; y difiere también de Miranda en la forma de gobierno que debían adoptar los nuevos estados. El Libertador era Partidario decidido del sistema republicano. Rechaza toda idea de crear monarquías en la América antes española. Según él, el sistema republicano está más de acuerdo con las necesidades de los nuevos estados, “ansiosos de paz, ciencias, artes, comercio y agricultura”.
Las monarquías buscan el aumento del poder, la riqueza, la autoridad y a la conservación de estos objetos por medio de la guerra y la conquista contra sus vecinos. Los países hispanoamericanos, recién salidos de la colonia, necesitaban de un sistema político que los ayudara a superar el atraso institucional, la inexperiencia política, a lograr la paz y el progreso económico y social. Para estos fines, quería Bolívar que se establecieran repúblicas aunque, pensaba que “se fundarían monarquías casi inevitablemente en América”.
El Libertador estuvo siempre en el centro de esta polémica sobre monarquía o república, que fue una de las más interesantes en el proceso ideológico de la independencia. El ejemplo norteamericano y la revolución francesa, ofrecían asideros sólidos en favor de la república; mientras, por otra parte, el supuesto atraso cultural, la ignorancia, falta de virtudes en el pueblo, fueron argumentos de quienes sostenían que nuestros pueblos eran incapaces de gobernarse por sí mismos, y, por tanto, inaptos para el gobierno republicano. Argumentaban, además, que las grandes potencias de Europa verían con mejores ojos la formación de monarquías América. Consecuente con sus ideas políticas, El Libertador pensaba que dentro de un régimen republicano sería más fácil elevar el nivel cultural y material de nuestros pueblos, sacarlos del atraso y lograr para ellos la paz necesaria para organizar sus instituciones y superar las devastaciones dejadas por la guerra. Pensaba, además, que la composición étnica, el carácter mestizo de nuestros pueblos, debía contar con un sistema de gobierno que estimulara la marcha hacia la igualdad social y la democracia.
6. En la Carta de Jamaica, El Libertador se refiere al régimen político y a la naturaleza de los gobiernos que se debían adoptar en Hispanoamérica.
El Libertador rechaza el sistema federal de gobierno y se pronuncia a favor del centralismo. Considera que la América Española no estaba preparada para separarse de la metrópoli, y como consecuencia de la crisis ocurrida en la península, los americanos han pasado, “sin los conocimientos previos, ni la práctica de los negocios públicos, a desempeñar funciones de gobierno”. “Las instituciones perfectamente representativas no son adecuadas a nuestro carácter, costumbres y luces actuales”. Las instituciones de gobiernos liberales y perfectas se logran en sociedades civiles basadas en la justicia, la libertad y la igualdad, y nosotros estábamos distantes de poseer tales bienes cuando apenas recién salíamos de las cadenas. Por lo tanto, no estábamos en condiciones de practicar un gobierno perfecto como el federal. Para llegar a tanto, se necesitaba la práctica y la experiencia civil política de la cual carecíamos. Era preciso organizar los nacientes estados bajo un régimen político intermedio, a través del cual se pudiera lograr la unidad y formar los talentos y virtudes que se requieren para el ejercicio de sistemas populares de gobierno.
“Los estados americanos ha menester de los cuidados de gobiernos paternales que curen las llagas y las heridas del despotismo y la guerra”.

Fuente:
Investigación y redacción Beatriz Burlando
Alberto Arias Amaro

Youtube

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Parábola



https://www.youtube.com/watch?v=gCpbLPdVViE



El árbol de los pañuelos

En un pequeño poblado rodeado de un hermosísimo paisaje verde y montañoso, había una pareja de novios. Nacieron en aquel lugar, y se conocían desde niños, en esa época solían jugar y disfrutar del verde pasto, las flores y la vida en contacto con la naturaleza. Pero en especial disfrutaban de su árbol preferido, un frondoso árbol, cuya copa daba una gran sombra que les servía para pasar el tiempo juntos, tomar  relajantes siestas, y reunirse entre amigos.
El tiempo pasó y aquellos niños crecieron, y en una ocasión, el chico discutió con la chica, y se enojó tanto que decidió marcharse de su casa. El papá pidió que se quedase, le indicó que debía dialogar y arreglar el asunto con ella, pero no resultó.
El joven se fue lejos y vivió día tras día conforme a su voluntad, dándose el gusto de conocer y tener otras novias. Esta manera de vivir, en principio le reportó alguna alegria efímera, pero poco a poco no hacía más que recordar a la amiga de la infancia y novia de la adolescencia, y por razón, estaba sufriendo.
Una tarde, recordando su niñez y todo lo que había aprendido, la felicidad con la que había crecido, el amor de su familia, sus amigos  y  a Estela. Decidió escribirle, a ella un mensaje. En él reconocía haberse portado en forma incorrecta, le pedía perdón, además que le indicaba que deseaba volver al pueblo y recomponer los lazos afectivos entre ellos.
Le comunicó además,  que  volvería a casa en tren en algunos días, así que le pidió a la chica, que si lo perdonaba, que colocara un pañuelo de color amarillo en el árbol, el preferido por ellos. Si así fuese, él bajaría del tren y corriendo iría a buscarla. Pero si no, seguiría de largo y no la molestaría más.
Llegado el día, compró boleto, subió al tren y con muchas ansias viajó esperando visualizar el árbol y así saber la respuesta de amada Estela. Viajaba a su lado un señor mayor, que le observaba con detenimiento, el quería pasar desapercibido, pero era imposible, los nervios se iban apoderando de él y el sudor corría por sus sienes y frente copiosamente. El señor -le preguntó- ¿que si se encontraba bien? ¿Qué si estaba enfermo, que el estaba dispuesto a auxiliarlo?. Al joven no le quedó más remedio que contarle toda la historia. Pero cuando se acercaban a la estación no quiso  ver a su alrededor estaba dispuesto a pasar de largo, por temor a no ser perdonado. El señor observó, que este tenía los ojos cerrado y que era presa de pánico, decidió intervenir para que no siguiera arruinando su vida.  Por eso -le habló- diciéndole, que su Estela lo ha de querer muchísimo, porque no solo un pañuelo amarillo colocó en la copa del árbol, sino que lo había llenado con cientos de ellos. La emoción se apoderó de él, y un río de lágrimas inundó sus ojos, pues había sido perdonado, y no de manera escueta, sino de la forma más generosa que se podía esperar, y además estaba allí con los brazos abiertos para darle la bienvenida. Bajó, entonces, del tren y corrió hasta donde se encontraba su amada, llena de amor.
Investigación y redacción  Beatriz Burlando
Publicaciones Cuentos, párabolas y fábulas
Youtube



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