viernes, 24 de abril de 2015

Ciencia

La Energía de fusión. ¿Estamos ante el inicio de una nueva era energética y tecnológica, o ante el mayor engaño jamás perpetrado.



https://www.youtube.com/watch?v=9vMh9f41pqE&list=PL2UZ-7bHwbQB_o0hIgwq_d3men9VeLylo
La energía de fusión es la energía  liberada al realizarse una reacción de fusión nuclear. En este tipo de reacción, dos núcleos atómicos ligeros se fusionan para formar un núcleo más pesado, liberándose gran cantidad de energía en el proceso, que puede ser empleada en la bomba de hidrógeno y en un futuro en la producción de energía eléctrica en un hipotético reactor. La mayoría de estudios existentes para el diseño de una central nuclear de fusión  usan las reacciones de fusión para generar calor, que hará funcionar una turbina de vapor que a su vez activarán los generadores para producir electricidad, de forma similar a como ocurre actualmente en la centrales térmicas que usan combustíbles fósiles o en las centrales nucleares de fusión, pero con la gran ventaja de que el impacto ambiental será considerablemente menor ya que por ejemplo, medio kilo de hidrógeno (muy abundante en la naturaleza, ya que forma parte del agua) produciría unos 35 millones de kilovatios hora.
El mayor experimento actual es el Joint European Torus  (JET). En 1977 el JET produjo un pico de 16,1 MW de energía de fusión (el 65% de la energía suministrada) con una potencia de más de 10 MW sostenida durante más de 0,5 s. En junio de 2005 se anuncia la construcción del reactor experimental ITER, diseñado para producir de forma continuada más energía de fusión que la energía que se le suministra en forma de plasma.
Si pudiera disponerse de una planta experimental de fusión que generase electricidad en condiciones próximas a las de una planta comercial hacia el año 2025-2030, y de un prototipo de reactor explotable entre diez y veinte años más tarde. Todo ello suponiendo que se disponga de la financiación necesaria, que requerirá de incrementos temporales importantes coincidiendo con las fases de construcción de los nuevos dispositivos. Y no es posible reducir significativamente los plazos, ya que éstos vienen impuestos por la naturaleza secuencial de los procesos de diseño, construcción y operación de un dispositivo intermedio, con objeto de extraer conocimientos nuevos a incorporar en el diseño y la construcción del sucesivo, tal y como lo comentara Cayetano López, en 1991.
Aunque el campo de la investigación en materia de fusión ha sido siempre notoriamente opaco, la atención informativa que ha venido despertando la energía de fusión con ocasión de los últimos experimentos realizados con el reactor JET en el Reino Unido ha permitido conocer el verdadero estado actual de esta tecnología.
Hace poco más de un año, Cayetano López, catedrático de Física y rector de la Universidad Autónoma de Madrid, explicaba en un detallado artículo en el número 9 de la revista Claves,  la situación actual y las perspectivas en materia de investigación para el uso comercial de la energía de fusión.
Tras una cuidadosa explicación de los progresos realizados y previstos, este calificado autor, que es un destacado representante de la comunidad científica que trabaja en el campo de la fusión, concluye:

Dadas las características de la industria eléctrica, entre la disponibilidad de un primer prototipo mundial de reactor explotable y la creación de una verdadera industria termonuclear, con profusión de plantas en todos los países fuertemente consumidores, han de transcurrir inevitablemente varias décadas. En consecuencia, desde la perspectiva actual parece evidente que no existe ninguna posibilidad de que esta clase de energía se constituya como un verdadero pilar del suministro energético antes del último tercio del siglo XXI.

Se puede tomar, por consiguiente, como referencia más temprana la década de los setenta del próximo siglo, en relación con el momento en el que la energía de fusión puede llegar a ser una fuente energética significativa. Esta es la hipótesis más optimista, que excluye la posibilidad de que aparezcan nuevos problemas que en su día dejen a las predicciones actuales —incluso a las técnicamente solventes, sin considerar las elucubraciones de los gurús— en la posición de las que emitieron en su día los expertos de la Rand Corporation.

La realidad es que, a tenor de lo que ha venido ocurriendo hasta ahora, no parece muy probable que la energía de fusión tenga una travesía tecnológica así de tranquila a lo largo del tiempo. Como reconoce Cayetano López, la investigación en ciertos campos críticos de la tecnología de fusión, incluyendo uno tan central como es la producción de tritio dentro del reactor para autosostener la reacción de fusión, está prácticamente por empezar. Nadie sabe los problemas que pueden surgir en éste y en otros aspectos fundamentales cuando comience a abordarse seriamente su resolución. Una apuesta mucho más segura, para un ser de dilatada vida que estuviera en condiciones de realizarla, sería la de considerar la energía de fusión como una fuente energética propia del siglo XXII, o estamos ante el engaño nuclear y tecnológico jamás perpetrado.





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